miércoles, 22 de abril de 2009

EL FANTASMA DEL PARLAMENTO ANDALUZ


El edificio donde hoy se ubica la sede del Parlamento Andaluz, hasta 1972 tenía otro uso; era conocido como El Hospital de las Cinco Llagas o también de la Sangre.

El Hospital, con capacidad para atender a 3000 enfermos, fue entregado a las monjas de la Orden de la Caridad, allá por 1540 hasta la Desamortización de Mendizábal que pasó a la Diputación de Sevilla quien también asumió las ayudas asistenciales y la beneficencia, hasta su cesión a la Junta de Andalucía.

Hacia 1734 ó 1738, se tiene constancia histórica de la existencia de una monja de la orden, llamada Sor Úrsula, que destacaba por su carácter inflexible y especial dureza con los pacientes.

La monja, que falleció víctima de una enfermedad contraída en el propio hospital a mediados de ese mismo siglo no fue precisamente llorada por los enfermos ni por el resto de personal del hospital. Tras su muerte, comenzó a manifestarse el fantasma; una monja que recorre el hospital vestida con un hábito antiguo y con un manojo de llaves en la cintura, y a partir de ahí, comienza la leyenda. La vestimenta de las hermanas de la Caridad en el siglo XVIII coincide punto por punto con lo manifestado por los testigos que han visto al fantasma, tanto en tiempos pasados como en la época contemporánea.

Existen gran cantidad de testimonios de personas que tanto antes, como ahora, han visto al fantasma: antiguos enfermos, personal sanitario, seguridad del edificio, personal de mantenimiento, personal de asistencia parlamentaria e incluso los mismos políticos del Parlamento.

El Hospital, cierra sus puertas en 1972 y permanece deshabitado hasta que en 1982, la Diputación de Sevilla lo cede a la Junta de Andalucía que toma la decisión de trasladar la sede del Parlamento Andaluz. En 1984, comienzan las obras de remodelación del edificio para habilitarlo como Parlamento. La mayoría de trabajadores han visto o sentido el fantasma, no era extraño ver pasear a una monja vestida de forma antigua, oír quejidos y lamentos, llantos, olores de éter y antisépticos, puertas que se abrían y cerraban solas, llantos de bebés, oleadas de frío impresionantes, etc., muchos dejaron sus puestos de trabajo, otros aguantaron como pudieron, alguno quiso pensar que eran imaginaciones y aguantó, al final necesitó los servicios de psicólogos para recuperarse.

En la actualidad, los sucesos siguen, el grupo de seguridad se niega a efectuar las rondas solos por determinadas salas y pasillos argumentando que no es seguro psicológicamente, que en el edificio suceden cosas muy extrañas, tales como la aparición de la conocida monja, puertas que se cierran y se abren solas, ruidos extraños, fuertes olores a desinfectante sanitario, u oleadas de frío tremendo. Otro tanto sucede con el servicio de limpieza: siempre van, al menos, parejas.

www.desconocido.net

4 comentarios:

Kassiopea. dijo...

En todos los edificios estos hay fantasmas. De todas formas, aunque sean leyendas a mí me daría yuyu pasearme por ahí, que luego te sugestionas y oyes ruidos raros por todas partes.

Marta Alicia Pereyra Buffaz dijo...

En mi blog tengo el PREMIO VIOLETA para ti. Espero que lo aceptes y te lo traigas a tu blog cuanto antes.

Felicitaciones por tu trabajo.

tashano dijo...

Antes que nada FELICIDADES JORDI!!!!!!, El libro te llegara más tarde.

Con referente a los fantasmas!!! hay más andando por las calles que dentro del Parlamento Andaluz.

Un besaazo

Anónimo dijo...

Vengo a agradecerte por tan hermosa rosa! no entendía por qué pero en twitter me enteré que es el día de San Jordi.
Un beso y gracias!

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