sábado, 1 de octubre de 2011

El dragón de Komodo

También llamado varano de Komodo, es el lagarto de mayor tamaño del mundo. Su hábitat natural es exclusivo de Indonesia Central, donde en 1980 se fundó el Parque Nacional de Komodo para la preservación de esta increíble especie, incluyendo las islas de Komodo, Rinca, Padar y Flores, entre otras de menor tamaño.

Los dragones de Komodo son de aspecto robusto, su longitud puede variar entre dos y tres metros y pueden pesar entre 80 y 140 kilogramos, aunque en casos excepcionales han registrado mayores valores. Los jóvenes son de color verde y manchas amarillas, pero en la adultez se tornan opacos y pardos. Su cuerpo está cubierto por escamas que contienen terminaciones sensoriales que responden al tacto. Los machos son notablemente más grandes que las hembras, aunque sus características morfológicas no son tan evidentes. Su cola es larga y musculosa, les sirve para varias funciones incluso la de apoyarse cuando se paran en sus patas traseras.

No tienen muy desarrollado el sentido del oído, aunque tienen visibles canales auditivos. Pueden ver hasta 300 metros de distancia, pero se valen de su larga lengua bifurcada para detectar olores y sabores a distancias de varios kilómetros, lo que le permite ubicar alimentos y presas con facilidad. Utiliza el llamado órgano de Jacobson para identificar éstos estímulos y además ubicarse en la oscuridad. Son animales veloces alcanzando velocidades de hasta 20 kph, y son excelentes nadadores, pudiendo desplazarse con habilidad entre las islas.

Su alimentación básica es de carroña, incluso se tienen documentados casos en que han desenterrado restos para consumirlos. Pero también son hábiles cazadores, haciendo emboscadas para cazar presas que incluyen aves, roedores, serpientes, algunos mamíferos y dragones de Komodo más jóvenes. Los humanos también pueden ser presas ocasionales de este gigante. Tragan bocados grandes e incluso presas enteras. Son de metabolismo lento, al consumir raciones bastante grandes pueden pasar muchos días sin alimentarse.

A menudo se ve sangre con su saliva, esto se debe al gran recubrimiento de tejido gingival en sus dientes aserrados. Esta particularidad también favorece la abundancia y cultivo de numerosas bacterias patógenas, que proveen feroces infecciones en las mordidas cuando las víctimas son nos engullidas.

Su comportamiento es activo en el día, les gusta el sol pero evitan su exposición en sus horas más intensas. Son animales solitarios aunque a veces acompañan a su pareja en celo para evitar otros encuentros. Dado que las hembras no son muy receptivas, los machos deben inmovilizarlas para la cópula. La época de apareamiento se da entre los meses de julio y agosto. Las hembras ponen un promedio de 20 huevos, que incuban por siete u ocho meses hasta la eclosión en abril. Una característica interesante de la especie es su posible reproducción por partenogénesis, en la que las hembras en ausencia de machos para ser fecundadas, pueden poner huevos factibles para descendencia.

http://animales-salvajes.buscamix.com/web/content/view/140/212/

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1 comentario:

Lakacerola dijo...

Da repelús, si acaso mejor no voy a Komodo.

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