
El joven Harry Potter falleció el 22 de julio de 1939, con casi 20 años, durante la batalla de Hebron. Su regimiento, el de Worcestershire, se enfrentaba a los árabes en Israel cuando el soldado murió en plena acción, según reza la lápida. Por lo que, excepto que ambos han estado envueltos en cruentas batallas, unas mágicas y otras bien reales, los chicos no tienen nada que ver.
La tumba de este Harry Potter se ha convertido ya en un destino muy popular y son numerosos los curiosos que se acercan hasta el país para ver la lápida.
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3 comentarios:
Ufff que alivio!
Besos
nela
Desde luego, también es casualidad... aunque al gachó de la tumba, no le salva ni la magia...
Me habías asustado, o sea que todavía tenemos mago para rato.
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