De pequeños muchos nos hemos comido alguna vez una hormiga, y no pasa nada por admitirlo. Ahora mismo vomitaríamos si tuviéramos que hacerlo, y eso que la OMS aconsejó hace tiempo comer insectos para combatir el hambre.
Tienen muchas proteínas y estos pequeños habitantes de los hormigueros podrían ser un gran plato gastronómico en un futuro… Eso sí, cuidado con cocinarlas en el microondas.
Resulta que los insectos no se pueden meter en el microondas si los queremos matar, más que nada porque no morirían ni al máximo de temperatura. Ya sean hormigas, cucarachas o escarabajos, son imposibles de asesinar calentándolos en este aparato.
La explicación es muy sencilla, y es que las ondas que emite son muy limitadas y pasan por determinados puntos, razón por la que nos molestamos cuando solo se calientan ciertas zonas de la sopa, mientras otras quedan congeladas. Los insectos no son nada tontos y saben esquivar los puntos de calor mientras el plato va girando y nunca se acercan a ellos.
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