lunes, 13 de abril de 2009

GLADIADORES ROMANOS


El Origen de los Gladiadores se remonta al siglo VI antes de nuestra era cuando los milicianos etruscos (oriundos de la zona norte de la actual Italia) luchaban entre sí para honrar a los difuntos de las clases influyentes de la sociedad. El término gladiador viene del latín gladius (espada), de ahí gladiator o portador de la espada. Con la llegada de las primeras repúblicas romanas, los gladiadores ya sólo eran hombres libres que luchaban a sueldo o esclavos y ladrones, que estaban obligados a luchar. En Hispania también se realizaban este tipo de ritos hacia el 206 a.C con un Cornelius Scipion (Africanus), gladiador que obtuvo una gran popularidad al enfrentarse con otros soldados.

Con el tiempo, Roma decidió que tal ritual tradicional de origen etrúsco debía incluirse en la vida social del pueblo, convirtiéndose en un espectáculo admirado por todo el mundo. Tenía lugar en los juegos públicos (Muneras) y comenzaron a organizarse como herramienta política propagandística. El cargo político que los organizaba llegaba incluso a la ruina y todo ello para conseguir fama y prestigio entre los romanos, incluso se lanzaba a los espectadores comida, como pan, durante los espectáculos, para con ello poder ser elegido en los comicios próximos.

Los gladiadores tenían una dieta vegetariana alta en proteínas, ya que se alimentaban básicamente de cebada y otras legumbres. De esta forma conseguían engordar y tener una gran masa muscular, escudo natural que les protegía contra heridas profundas producidas durante los combates.
Solían tener numerosas fracturas y heridas en los combates pero según los restos óseos que se han estudiado, presentaban buenas recuperaciones, ya que al conseguirse mucho dinero con su comercio, los mejores médicos les trataban sus lesiones. También recibían masajes y baños, como parte de su cuidado.

Las Reglas del Combate
Hasta tal punto llegaron a ser importantes los combates de gladiadores que se tuvieron que promulgar una leyes que regularan celebración, las llamadas Leges gladiatorae, estatutos por los que se debía regir dicho espectáculo. Los gladiadores que obtenían gran éxito recibían una gran aclamación; eran ensalzados por los poetas, su retrato aparecía en joyas y jarrones, las damas patricias les mimaban. También debe saberse que algunos emperadores realmente aparecían en el la arena , como Caligula y Commodus.

Los combates de gladiadores tenían un desarrollo bien definido. Días antes de los juegos, el evento era anunciado por toda la ciudad donde se fueran a celebrar los juegos. La noche antes del combate se les daba una espléndida cena junto con las autoridades, amenizada con bailes y toda clase de placeres, era el único instante en que podían saltarse su exclusiva dieta, ya que podría ser esa la última noche de sus vidas. Cuentan las crónicas que en estas orgías los gladiadores eran muy deseados, al ser hombres muy grandes y musculosos, además de tratarse de héroes locales, similares en la actualidad a los jugadores de fútbol.

La autoridad indicaba con la posición de su dedo índice el destino del gladiador vencido en el combate. Si este índice se dirigía hacia el cielo, el derrotado conservaba su vida. Esta opción no era muy común ya que el público estaba deseoso del derramamiento de sangre por lo que “”la autoridad”, que solía ser el patrocinador del evento, debía seguir sus deseos para que así, obtuviese el reconocimiento del público Si el dedo índice señalaba la yugular, se procedía a la ejecución del gladiador vencido introduciéndole la “espada costa” por el cuello en dirección al corazón. Muchos gladiadores dejaban testamentos y disposiciones, para que en caso de muerte, sus familiares o conocidos pudieran beneficiarse de sus pertenencias.

Los gladiadores eran habitualmente esclavos, prisioneros de guerra o bien condenados por algún delito grave. Practicando la lucha se les daba la oportunidad de conseguir su libertad, la fama y, en muchos casos, una considerable posición económica. Tampoco faltaron personas que ingresaron en los Ludi (escuelas de entrenamiento y formación de gladiadores) con el único afán de divertirse y conseguir fama. Dentro de las leyes romanas había una que castigaba al reo a la condena llamada Ad gladium, es decir a luchar a muerte con la espada en la arena del circo. Todos los gladiadores eran entrenados en los Ludi, cuyos propietarios eran los Lanistae.

www.cienciapopular.com

4 comentarios:

Kassiopea. dijo...

El tema mola.

Liz Marin dijo...

guau menudo repor esta genial y superinteresante


besitossss

Aspective dijo...

Sí, como todas tus entradas, realmente amena e interesante (y rompiendo algunos tópicos como el pulgar hacia arriba o abajo)
Muchas gracias por este trabajo que te tomas.

Fran dijo...

No suelo comentarte aqui pero que sepas que este es uno de los blogs más interesantes que he encontrado. Me encantan estas historias que publicas. Enhorabuena

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