
Las tortugas se encontraron en el yacimiento de Messel, cerca de Darmstadt (Alemania). Sus descubridores, un equipo de la Universidad de Tübingen, creen que habían iniciado el acto sexual en las aguas del lago que existía en aquel lugar en el periodo del Eoceno, pero se hundieron y murieron envenenadas por por la emisión de gases tóxicos procedentes de una erupción volcánica. Así, en medio de su frenesí, se quedaron enterradas en los sedimentos del lago.
"Éste es un fenómeno que puede observarse hoy en algunos lago del Este de África", explica el doctor Walter Joyce, en declaraciones a la BBC. "Una vez cada 200 o 300 años, en estos lagos se produce una emisión repentina y masiva de dióxido de carbono, como si se abriera una botella de champán, y envenena todo lo que se encuentra a su alrededor".
Las tortugas pilladas 'in fraganti' pertenecen a la extinguida especie 'Allaeochelys crassesculpta' y miden unos 20 centímetros de largo, aunque las hembras son un poco más grandes que los machos. Sus parientes vivos más cercanos probablemente son las llamadas tortugas de nariz de cerdo ('Carettochelys insculpta'), que son mucho mayores y viven en aguas de Australia y Papúa Nueva Guinea.
La pareja de tortugas es tan sólo una de miles de criaturas fosilizadas que se han descubierto en el yacimiento de Messel, que ha adquirido el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad otorgado por la Unesco por su valor paleontológico.
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1 comentario:
Que suerte morir asi!!
Besos Jordi y se feliz!
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