Se conoce como Anisakis a un género de nematodos –gusanos de cuerpo redondo– que infesta con relativa frecuencia diversas especies de pescado, caso de la caballa, la merluza, el jurel y el bacalao.
Las larvas se localizan en la cavidad abdominal, el hígado y el músculo de los peces infestados, así como en todas sus vísceras. Las larvas son ingeridas vivas por el consumidor cuando el alimento se consume crudo o poco cocinado, y pueden causar una enfermedad conocida como anisakiasis, que discurre con úlceras y gastroenteritis.
Para prevenirla, los expertos recomiendan no consumir pescados ni cefalópodos crudos ni productos de la pesca ahumados en frío, marinados, en vinagre, ceviche o sushi, salvo que hayan sido sometidos a congelación comercial o se hayan refrigerado a 20 grados bajo cero durante 24-48 horas.
Para evitar riesgos alimentarios, el pescado hay que prepararlo mediante cocción o fritura a temperaturas que superen los 60 ºC. Una regla general consiste en cocinarlo 10 minutos para piezas de unos 2,5 centímetros de grosor, dándoles la vuelta a los 5 minutos. Y se deben cocinar 5 minutos más, si se trata de salsas o en papillote. Cuando se hace a la plancha, hay que cerciorarse de que el pescado no quede semicrudo.
No obstante, estas precauciones no protegen al consumidor frente al riesgo de una posible reacción alérgica al anisakis, que se desencadena por la ingesta de los parásitos muertos.
Las larvas se localizan en la cavidad abdominal, el hígado y el músculo de los peces infestados, así como en todas sus vísceras. Las larvas son ingeridas vivas por el consumidor cuando el alimento se consume crudo o poco cocinado, y pueden causar una enfermedad conocida como anisakiasis, que discurre con úlceras y gastroenteritis.
Para prevenirla, los expertos recomiendan no consumir pescados ni cefalópodos crudos ni productos de la pesca ahumados en frío, marinados, en vinagre, ceviche o sushi, salvo que hayan sido sometidos a congelación comercial o se hayan refrigerado a 20 grados bajo cero durante 24-48 horas.
Para evitar riesgos alimentarios, el pescado hay que prepararlo mediante cocción o fritura a temperaturas que superen los 60 ºC. Una regla general consiste en cocinarlo 10 minutos para piezas de unos 2,5 centímetros de grosor, dándoles la vuelta a los 5 minutos. Y se deben cocinar 5 minutos más, si se trata de salsas o en papillote. Cuando se hace a la plancha, hay que cerciorarse de que el pescado no quede semicrudo.
No obstante, estas precauciones no protegen al consumidor frente al riesgo de una posible reacción alérgica al anisakis, que se desencadena por la ingesta de los parásitos muertos.
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3 comentarios:
Aaaggg menos mal que no me gusta el pescado.
Da un pelín de asco estas cosas.
bueno... un riesgomás que hay que correr, no? mi vecina de arriba es ciega y cuando riega las flores las tira a la calle... y no dejo de salir de casa... ejeje un saludito!
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